dilluns, 19 de gener del 2015

Ciutat Morta es DOLOR x @redyowl


Ciutat Morta es indignación, es frustración. Es sentir como las lágrimas recorren tu cara, es sentir que se te eriza el pelo. Ciutat Morta es una cuerda rompiendose, es un puño sobre la mesa, es un grito que te desgarra la garganta. Ciutat Morta es escuchar en silencio en un bar del raval lleno a reventar durante dos horas, es sentir rechinar tus dientes, es mirar tus manos, y encontrar tus puños.
Ciutat Morta, es enamorarse escuchando los versos de Patricia leidos por Silvia. Es sentir su sensibilidad, es sentir su calor, es enamorarse de su poesía. Ciutat Morta es sentir a Patrícia, sentir la persona que era, sentir la persona que habría podido ser.
Dentro de la Ciutat Morta, en el mismo centro, se encuentra la escoria. Se encuentra lo peor de la condición humana, personas designadas para hacer cumplir la ley y la justicia, que no debían permitir que pasara nada de lo que pasó. Gente que ha traicionado su condición humana, escoria, asquerosa escoria que envenena el sistema.
Cuando entras en la Ciutat Morta, nunca sales por la misma calle que entraste, algo ha cambiado, algo te ha desviado… algo triste, muy triste. Ciutat Morta es dejar de creer, es dejar de confiar, dejar de ser ingenuo, dejar de aceptar las mentiras. Ciutat Morta es pura injusticia.
Ciutat Morta es mirar durante unos segundos una ventana y desear saltar, es una ciudad con su poeta muerta, asesinada.

[CAT]

Ciutat Morta és DOLOR
Ciutat Morta és indignació, és frustració. És sentir com les llàgrimes recorren la teva cara, és sentir que se t'estarrufen els pèls. Ciutat morta és una corda trencant-se, és un puny sobre la taula, és un crit que t'esquinça la gola. Ciutat Morta és escoltar en silenci a un bar del raval pler a vessar durant dues hores, és sentir grinyolar les teves dents, és mirar les teves mans, i trobar els teus punys.
Ciutat Morta, és enamorarse escoltant els versos de Patricia llegits per Silvia. És sentir la seva sensibilitat, és sentir el seu caliu, és enamorarse de la seva poesía.. Ciutat Morta és sentir a Patrícia, sentir la persona que va ser, sentir la persona que hagués pogut ser.
Dins de la Ciutat Morta, al centre mateix, es troba l’escòria. És troba el pitjor de la condició humana, persones designades per fer complir la llei i la justícia, que no havien de permetre que passés res del que va passar. Gent que ha trait la seva condició humana, escòria, fastigosa escòria que enverina el sistema.
Quan entres a la ciutat morta, mai surts pel mateix carrer que vas entrar, alguna cosa canvia, alguna cosa et desvia... alguna cosa trista, molt trista. Ciutat Morta és deixar de creure, és deixar de confiar, deixar de ser ingenu, deixar d’acceptar les mentides. Ciutat Morta és pura injustícia.
Ciutat Morta és mirar durant uns segons una finestra i desitjar saltar, és una ciutat amb la seva poeta morta, assassinada.

Crisi de deute i de reproducció i cures



"Molts dels coneguts es van quedar a l’atur i es va començar a parlar d’exili econòmic.

Van començar a abundar la gent que treballava a l’economia informal, la venda ambulant, l’elaboració de productes casolans de cuina. Per primer cop en la meva vida vaig sentir a parlar de les olles comunes i els menjadors comunitaris. La meva mare era mestra i va passar de tenir 20 alumnes a l’aula a tenir-ne 40 o més. Als hospitals van començar a dir que no hi havia llits, així que els malalts van començar a anar casa seva, entre ells la meva àvia. Les parròquies, les ONGS,van començar a fer tallers de monitors de salut i primers auxilis.

Passa’t un temps algú em va explicar que tot això era culpa d’alguna cosa anomenada deute extern i que estàvem davant d’un programa d’ajustament  estructural, és a dir, reduir les despeses i augmentar els ingressos. Quan vaig tenir alguns anys més, l’explicació del deute extern no en tenia prou i vaig començar a preguntar.

Per què la majoria de les persones que treballaven a l’economia informal eren les dones?

Per què qui treia endavant les olles comunes i els menjadors comunitaris eren dones?

Per què els cursos de monitores de salut i primers auxilis només estaven dirigits a dones?"

Judith Muñoz Saavedra. Octubre 2007. Setmana d’Acció Global Contra el Deute i les IFIs
Xile, anys 70-80

La Auditoría Ciudadana de la Deuda, una herramienta democrática y participativa [agost 2014]


Público, 11 agost 2014
Sònia Farré, Javier Lechón, Pablo Martínez y Aleix PortaMiembros de la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda (PACD)
Un infeliz día de mayo de 2010 nos dijeron que la fiesta se había acabado, que habíamos estirado más el brazo que la manga y que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades. La población salió a las calles para gritar al mundo que eso no es verdad, que hemos sido víctimas de una estafa y víctimas de la trampa de la deuda (allí el drama de las hipotecas saltó a primera línea) y que un cambio de dirección era y sigue siendo urgente. Allí se evidenció que el antiguo sistema se hunde y que emerge otro nuevo cuya seña es mejorar en democracia, y esto quiere decir tratar los asuntos que nos afectan de manera directa y colectiva. La Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda, la PACD, nació en este clima del 15-M para denunciar que, lo mismo que las deudas ahogaban a muchas familias, la deuda pública era el mecanismo usado para recortar nuestros derechos como pueblo.
¿Cómo hacerlo?
La deuda pública, creada por las élites políticas y financieras —los amigotes de siempre— es un mecanismo que gusta de la discreción y se cría en la opacidad. Es prima de la corrupción, pues se aprovecha de la poca transparencia de la Administración y saca partido de lo que es patrimonio de toda la ciudadanía. Luchar contra ella es luchar por la protección de nuestros derechos como sociedad y nuestra libertad como pueblo, ya que a través de la deuda se consigue, y se ha conseguido, esclavizar a poblaciones enteras.
Pero para librarse de la deuda ilegítima, aquella que fue adquirida y es pagada a espaldas de la ciudadanía y contra sus derechos, hay que analizarla, esto es, hacer una auditoría. Para ello, primero hay que encontrar y cuantificar la deuda en un entramado burocrático habitual y expresamente complejo. Luego entender sus mecanismos y dimensiones, pues muchas veces van acompañadas de amiguismos, corruptelas, despilfarro e intereses en red y, finalmente, decidir si esa deuda es legítima o no. Estos cuatro pasos son las partes de lo que desde la Plataforma consideramos que es una Auditoría de la Deuda y que es el instrumento que debemos utilizar a la hora de considerar la deuda como problema colectivo a resolver. Pero no sirve cualquier auditoría…
¿Por qué ciudadana?
Sería relativamente fácil encargar una auditoría pública de la deuda y dejar queexpertos funcionarios o, peor aún, empresas subcontratadas analicen las cuentas de nuestras administraciones. Ser representado o guiado es cómodo y nos ahorra responsabilidades. Pero confiar en que quienes nos han metido en este pozo sin fondo serán los que nos sacarán de él es confiar demasiado. Llevamos viendo demasiado tiempo cuáles son las soluciones a la crisis que dictan las élitesexpertas como para seguir estando ciegos.
Una auditoría ciudadana es una auditoría abierta, horizontal e inclusiva, donde cualquier ciudadano puede aportar y aprender sin necesidad de haber cursado un máster: si te afecta la deuda, puedes. Una auditoría ciudadana es un proceso transparente, constante y descentralizado, pues siempre hay nuevos datos, nuevas entidades implicadas y personas interesadas que quieren conocer. Una auditoría ciudadana es, en resumen, conocimiento colectivo compartido, democracia participativa y transformación de un sistema que ha dado suficientes razones para ser sustituido.
El proceso de Auditoría Ciudadana ya está en marcha
Este método de trabajo ya se está poniendo en práctica y la PACD ha dado diferentes pasos en el proceso de auditoría. En colaboración con otros colectivos hemos elaborado informes técnicos sobre fiscalidad, sobre cómo se ha generado el proceso de endeudamiento, sobre las ayudas a la banca, análisis también a nivel autonómico, municipal… Esto aporta información a la ciudadanía, pero por sí solo no basta. La auditoría ciudadana no puede consistir únicamente en la elaboración de informes. La auditoría ciudadana es exigir transparencia e información, debe detectar lagunas de información que nos permitan buscar más elementos, entenderlos, explicarlos y a partir de ellos detectar nuevas lagunas de información y volver a arrancar el proceso hasta que tengamos información suficiente para entender cómo hemos llegado hasta aquí y cómo queremos seguir de ahora en adelante.
Así, por ejemplo, existen grupos a nivel municipal que han iniciado un proceso de auditoría ciudadana, haciendo públicas y comprensibles las cuentas consistoriales y agilizando la participación en las instituciones con mecanismos para combatir colectivamente la burocracia. Terrassa, Girona, Burgos, Moià, Málaga, Castelldefels y otros tantos municipios más están en este proceso. Pero hay muchos más sectores que piden a gritos un mayor control democrático y debemos generar procesos de auditoría para ellos: las Comunidades Autónomas, las Diputaciones, las corporaciones de energía, de transporte, de comunicaciones, la educación, la sanidad…
Desde la PACD sabemos que esto no es tarea de unos pocos, sino que, como hemos dicho, debe ser un camino abierto y compartido. Por eso abrimos este blog, para explicar, pero no es sólo ese su objetivo. Queremos que sean muchas los lectores que pregunten, sugieran, critiquen y debatan entre ellos y con nosotros. Los diferentes autores y autoras que pasarán mensualmente por este espacio lo harán con la actitud con la que van a las charlas y las asambleas de colectivos que nos invitan, es decir, a explicar, escuchar y hablar. Con vuestra participación haremos también de este blog un espacio ciudadano.

La Auditoría es ciudadana… o no es [octubre 2013] PACD

Público, 11 oct 2013
Max Carbonell, Pablo Martínez, Sònia Farré
Miembros de la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda
“Vivimos en una época de crisis”, es el mantra repetido por los que justifican los recortes sociales mediante el miedo. Hay una grave crisis económica, sí, pero una aún más importante crisis social y democrática. Quienes intentamos lograr una sociedad civil más participativa que luche activamente por sus derechos, apostamos por una solución que no se puede encontrar más que con una ciudadanía informada, que tome la iniciativa y reconduzca la dinámica y las políticas actuales.
La justificación “económica” usada por los que implementan estas políticas austericidas es el pago de la deuda. Una deuda de la cual hay indicios más que suficientes de ilegitimidad en su generación. ¿De qué otra forma podríamos calificar los rescates a la banca, o las “puertas giratorias” entre la política y la esfera privada, o la creación de infraestructuras inútiles y costosas de mantener? Este problema no es nuevo, sino que es recurrente a lo largo de la historia. Lo hemos visto en los años recientes en otros países europeos (Grecia, Islandia, Irlanda…) y mucho antes en países africanos o latinoamericanos durante los años 80. Es en estos últimos donde vemos ejemplos de iniciativas que han buscado aclarar qué deudas es legítimo pagar y cuáles no.
Desde la Plataforma Auditoría Ciudadana de la Deuda (PACD) creemos que ha de ser la voluntad popular la que defina -mediante un proceso de auditoría ciudadana que no sea exclusivamente económica, sino también de género, ecológica y social- qué deudas deben ser pagadas y cuáles, al contrario, deben considerarse ilegítimas y ser anuladas. La auditoría es una herramienta para valorar con criterio cómo hemos llegado a esta situación y quiénes son los responsables, y decidir cómo deseamos que funcione nuestra economía. Es un proceso abierto que decidiremos entre todas, coordinándonos con los colectivos que ya están trabajando en el mismo sentido.
La primera barrera con la que nos encontramos es la falta de transparencia. Y esto es así porque permitir el acceso a la información relativa al origen de la deuda, su proceso o su ejecución, supone dar armas a la población para probar su ilegitimidad. Así pues, nuestro primer paso en este proceso será el de exigir colectivamente que la información necesaria se haga pública de forma completa y que esté disponible en un formato trabajable por cualquiera. Hay que crear una cultura de transparencia en las administraciones públicas que ahora mismo no existe, a través del ejercicio de nuestro derecho a exigir todas y cada una de esas informaciones, puesto que de ellas dependen nuestras vidas.
El análisis de estos datos y su posterior difusión en un lenguaje social y comprensible para todas son procesos cruciales a fin de incrementar la toma de conciencia de las poblaciones. Vemos por ello cómo la auditoría es una herramienta poderosísima de autoformación. Llegados a este punto, y con mayor conocimiento, encontraríamos colectivamente nuevas faltas de información que obligarían a repetir el proceso en el mismo o en nuevos ámbitos. Solamente cuando lleguemos a un conocimiento profundo de cómo ha sido el proceso de endeudamiento en todos sus aspectos podremos llegar al cambio político, económico y social profundo al que aspiramos; proponer alternativas desde la base.
En la PACD ya tenemos experiencias en recopilación de datos públicos, análisis y difusión que son replicables a otros ámbitos y ampliables. Se han elaborado desde diversos grupos de trabajo varios documentos sobre la deuda pública, de ámbitoestatalautonómico y local. Donde no existían datos públicos, se ha llevado a cabo la tarea de reclamarlos. Se consiguió en tres ayuntamientos la publicación de sus presupuestos completos y en septiembre presentamos una instancia colectiva en la Generalitat de Catalunya exigiendo información.
También hay ejemplos locales como el del grupo de Badalona, que abrió la veda al lograr que el pleno del ayuntamiento declarara ilegítimos los intereses del Plan de Pago a Proveedores. Esta iniciativa, que se está extendiendo por otros municipios, permite introducir el concepto de ilegitimidad en las instituciones del estado y caminar hacia el impago de la deuda ilegítima desde los municipios. En esta línea, nuestro proyecto de los Observatorios Ciudadanos Municipales facilita la interacción ágil con nuestras administraciones, a través de una herramienta web de gestión de consultas que ofrece toda la información presupuestaria. Y lo más importante: son una herramienta de control de las instituciones gestionada y pensada desde y para la ciudadanía.
Quedan muchas cosas por hacer y el camino es largo para obtener lo que buscamos; una ciudadanía informada y participativa, que tome las riendas de su economía y de sus vidas. Que presione por una sociedad más transparente y más justa. No podemos dejar en manos de “un grupo de expertos” lo que debemos hacer nosotras mismas; la auditoría es ciudadana, o no es.